martes, 16 de octubre de 2007

Nuevo aprendizaje

Ayer dejaron de tarea a mi hija investigar acerca de un personaje famoso. Ella eligió a Mozart y al estar buscando información en encarta, algo pasó que comenzó a enojarse, a desesperarse, no quería que ni le hablara nadie. Yo me sorprendí porque usualmente le gusta mucho hacer lo que le dejan en la escuela. Se metió a su recámara. Después de un rato entré y únicamente la abracé y lloró un poco. Ya en la noche, al ir a despedirme, me dijo tranquila y sorprendida que no sabía qué le había pasado. Yo no hice ninguna labor para que lo averiguara en ese momento. Me di cuenta en ese instante que sí hay muchas veces que no sé por qué me siento de alguna forma o pienso de otra. Que creo saber siempre de mí, estar conciente de lo que me pasa y no siempre es así. Fue liberador para mí y me admiré de la tranquilidad con la que al final mi hija se había descubierto a sí misma en esa situación. Quise compartirlo con ustedes porque fue un aprendizaje muy enternecedor y significativo para mí. saludos.....

1 comentario:

Ingrid dijo...

Gracias por compartirlo. Así pasa, nos frustramos y no sabemos ni por qué. A veces porque lo que encontramos no era lo que esperábamos o porque no encontramos nada o, simplemente, porque no y ya.